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Liliia Tokar

4 hace años que

Tan pronto como pisé el umbral del "hotel" (ni siq...

Tan pronto como pisé el umbral del "hotel" (ni siquiera se le puede llamar hotel), sentí ganas de llorar. Primero, está muy sucio y el hotel en sí parece una vieja pensión soviética, y segundo, el personal no parece recogido, algunos en el bosque, otros para leña. Detrás de la recepción estaba sentada una amigable mujer Olya, que era la única que entendía inglés. y habló en ruso y toda una manada de niños adolescentes jugando en un hotel. Estos niños se sentaron allí durante días, si había algún problema en las habitaciones, no había nadie a quien acudir. Pero todavía no sabía lo que me esperaba ...
Aquí llegamos a la habitación. Empecé a entrar en pánico. ¡¡¡Quería escapar de ahí !!! Primero queríamos cambiar la habitación, ¡pero nos dijeron que la reubicación cuesta $ 20! Ahora un poco sobre los puntos:
-Limpiar todos los días, pero parecía que la señora de la limpieza entró, aún más llena de basura y de alguna manera hizo la cama. Después de hablar con los huéspedes del hotel, me di cuenta de que todavía tengo una habitación bastante "lujosa", si se puede llamar así, porque al menos hace una cama, a diferencia de otras habitaciones (solo abre y cierra la puerta para ver).
-Comida. El tercer día de mi estadía en este hotel no pude comer nada, lo mismo solo en diferentes variaciones. Solo pollo y productos de sopa de pollo de carne, solo sandías de frutas, ni siquiera vi una tortilla de primaria para el desayuno en 10 días. El quinto día de nuestra estancia ni siquiera cenamos allí, buscábamos un lugar para comer en el paseo marítimo. Y la guinda del pastel es el director del restaurante, que se comporta de manera muy despiadada. Pasa junto a las mesas, mira los platos de todos. Me metí en una situación muy graciosa cuando comí un poquito y me sentí mal, bueno, dejé la comida, él la vio, corrió hacia mí y con cara de indignación comenzó a decirme algo y a pincharme en el plato. Y no soy solo yo, a juzgar por las conversaciones con otros huéspedes del hotel. No debería permitirse a la gente en absoluto
-Playa. Muy sucio, nadie lo limpia, colillas por todos lados, vasos de plástico, bolsas de plástico. El primer día de nuestra estancia nos dijeron que nuestras tumbonas de color cereza, cerca de la "piscina" (o charcos, como llamábamos a esta fealdad) eran marrones, eran las mismas en la playa. Al final resultó que, los visitantes eslavos fueron tratados allí como animales (incluso las propinas no ayudan), lo que no es el caso de los visitantes turcos, son tratados con gran respeto. Y nuevamente, nos dijeron que fuéramos como cerdos acostados en esas viejas hamacas con colchones de cuero ecológico (¡¡¡40 grados de calor !!!!), pero a los turcos se les dijo que se tumbaran en marrón, nuevo y hecho de buena tela.
¡Aquí hay un caballero con todo incluido!
Si quieres tener un ataque de nervios y no relajarte, entonces bienvenido)

Traducido

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