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No recomiendo este lugar para ayudar a ningún niño...

No recomiendo este lugar para ayudar a ningún niño que sufra de ansiedad o depresión. La primera impresión al entrar por la puerta fue desalentadora desde las persianas que estaban destrozadas y colgando de las ventanas hasta los viejos muebles gastados y los cuadros que anunciaban llantas Goodyear en la pared. No fue tranquilizador ni atractivo. Nuestra terapeuta llegó 30 minutos tarde y sorbía una bebida helada de Dunkin Donuts mientras estábamos en su oficina. El punto de inflexión para mí fue cuando ella le dijo a mi hijo cómo se sentía en lugar de escucharlo decir cómo se sentía. Salí diciéndole que no me había convencido de que este era el lugar correcto o, en realidad, un lugar seguro para que mi hijo recibiera ayuda. Hay muchos otros lugares para que nuestros niños reciban atención. Evite este lugar a toda costa.

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