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Fiorella Monet

3 hace años que

--- Un laberinto italiano, una mañana en balde.

--- Un laberinto italiano, una mañana en balde.

Reservo un examen médico y me presento a la admisión a la hora y fecha establecidas.
Me registro, pago, me dicen el número de la clínica.
Pero nadie me dice dónde esperar. No parecía algo fundamental saber, sino que ...

Ya hay gente frente a la clínica, 4 o 5 personas, no hay letrero que indique dónde esperar. Hay poco espacio para guardar distancias: estamos en un lugar de paso (frente a dos ascensores, en el punto de encuentro de tres pasillos).

Dada la emergencia sanitaria del momento, creo que es mejor esperar en la sala de espera, el mismo pasillo que la clínica, a unos metros de distancia.
Creo que es mejor evitar las reuniones al estilo italiano. ¿No?

Pero mi sentido cívico y mi prudencia me han castigado.
Espero pacientemente durante casi una hora, salgo cada 10 minutos para verificar, pero nadie llama.

Después de una hora, me paro frente a la puerta de la clínica (¡¡junto con otras 7 personas !!) y pido explicaciones.
Dejo a la enfermera y ¿qué averiguo?
Que ya me llamaron (¿era cierto?), Pero que no me habían encontrado, porque no estaba frente a la puerta de la clínica y por eso habían seguido con las citas. Absurdo ... ¿pero las disposiciones anti-Covid no se han implementado aquí?
¿Dónde está el distanciamiento social? ¿Una hoja simple (y barata) para especificar dónde esperar?

Moraleja: ningún examen y, por si fuera poco, me dicen que falta el equipo para hacerlo; deben recuperarlo, nadie sabe por qué. Entonces, ¿exactamente por qué pagaría el boleto, me pregunto?

Perdí una mañana (4 horas fuera del trabajo), pagué por estacionamiento innecesario y tendré que regresar.
Al menos reprogramarán mi cita en breve, ¡pero saben qué ventaja!
Tendré que volver a misa junto con los demás en un lugar concurrido y concurrido, asegurándome de no pasar frente a mí como en la fila de la carnicería.

Frente a la seguridad sanitaria. Y aquí no se trata de falta de medios económicos ...

-- Una semana más tarde
Me gustaría complementar la reseña agregando algunas notas positivas y una reflexión sobre lo sucedido.
Regrese a la clínica para rehacer el bendito examen.
Al llegar a la clínica, le advierto a la enfermera de turno que he llegado y ella me dice exactamente dónde esperar (es decir, en las sillas junto a la puerta ...).
Cuando llega mi turno entiendo por qué no me encontraron la otra vez: el personal sale de la clínica y, en voz baja, toma los nombres de las personas que esperan allí.
Sin nombres, sin números gritados y por eso está claro que si estás un poco más adelante y no te acercas para anunciarte es como si no te hubieras presentado.
Tomo mi examen y saco algunas conclusiones sobre esta experiencia.
Notas positivas:
- el personal de enfermería, además de problemas organizativos, es muy amable, profesional y escrupuloso
- el personal de los mostradores es inteligente: les tomó 5 minutos reprogramar el examen, sin tener que devolver documentos vinculantes o devolver dinero
Nota negativa:
- Creo que sigue siendo importante, dada la emergencia sanitaria, que los usuarios reciban instrucciones precisas sobre cómo moverse por la clínica para aprovechar los servicios. El edificio ya es un laberinto de pasillos en sí mismo ... si los lugares de espera no están claramente indicados existe el riesgo de aglomeraciones innecesarias, además de una pérdida de tiempo para todos.
En cualquier caso, presentaré el informe a la URP como se sugiere.

Traducido

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