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Gabrielle Negri

3 hace años que

La comunicación fue excelente desde el inicio del ...

La comunicación fue excelente desde el inicio del viaje. Llamamos antes de abordar el ferry y programamos una linda recogida en un carrito de golf en el muelle. Conduciendo por la ciudad, nuestro joven asociado respondió preguntas sobre la isla, dio sugerencias locales y logró adaptarse a todas las comodidades que brinda el hotel. El viaje fue pintoresco y MV tiene una arquitectura de la vieja escuela tan grandiosa que es difícil NO imaginarse simplemente viviendo allí a tiempo completo.

Llegar a Harbour View es exactamente lo que parece. El hotel da al puerto y a un faro. Hay un camino que conduce desde los escalones de la entrada, cruza una calle tranquila y baja por un camino de piedra hasta la playa. Harbour View ofrece sillas, sombrillas y transporte.

El vestíbulo es acogedor, acogedor y huele bien.
La recepción está a punto con bienvenidas y ofertas. Bicicletas de cortesía y 3 estilos de Mercedes Benz para elegir como su propio automóvil personal durante un par de horas, por orden de llegada, pero aún gratis. El restaurante a la vuelta de la esquina del conserje tiene un menú pequeño pero sabroso. Pankcakes de arándanos, tostadas de aguacate, sándwiches de pollo frito, filetes y sándwiches, todos con sabor y relleno frescos.

Estábamos ubicados en el nuevo edificio detrás de la piscina. Habitaciones muy limpias pero nada especial. Me gustó el aire central de bajo consumo que se apaga tan pronto como se abre la puerta del balcón y se reanuda tan pronto como se cierra. El servicio de limpieza, nuevamente en el punto, porque siempre lograban avisarme cuándo iban a ser dirigidos a mi habitación y si quería que se hiciera algo específico.

Después de ir de compras cerca del puerto deportivo una noche, tomé una de las bicicletas para dar un paseo en bicicleta a medianoche, con un altavoz inalámbrico, a través de la isla hasta Oak Bluffs con mi primo. Un poco más de lo que podíamos masticar, PERO lo logramos. Encontré un bar que todavía hacía las últimas llamadas y tuve una gran conversación en la noche con algunos lugareños.

MV parece su propio mundo en su propia isla, del cual sus habitantes solo parecen estar buscando y exudando vibraciones positivas.

Hay tanto que ver y hacer que no tengo la energía para escribir en este momento. Pero por primera vez en MV, el hotel Harbour View fue el mejor comienzo que pude haber hecho. No puedo esperar a regresar.

Traducido

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