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Ivan Tammaro

3 hace años que

Mala experiencia, un pueblo que solo puede contar ...

Mala experiencia, un pueblo que solo puede contar con el mar y nada más. No volvería aunque me pagaran y no se lo recomendaría a nadie. Cuidado con las críticas positivas, son antiguas (gestión antigua) o de familiares o personas que obviamente no saben comer (con el debido respeto).
Mi familia y yo estuvimos allí del 16/08 al 23/08 y esos kilos que engordamos durante el primer encierro podemos decir que los perdimos todos: cocina de pesadilla.
Primera noche: sin agua hasta el segundo plato. El resto de los días pasta cruda o sobrecocida con malas salsas, platos principales fríos y guarniciones, feos a la vista y malos para comer, los aperitivos se dejan en la mesa desde el inicio del servicio hasta que llegas al restaurante (empezaron a cúbralos después de las quejas), moscas en los platos.
Propietaria irrespetuosa con el personal, tan arrogante que está segura de sí misma que no se da cuenta de que lo que ofrece no vale ni una décima parte de lo que pagan los clientes.
Mala limpieza: pedimos una habitación para ducharnos después de la última mañana en la playa, deberían haberla higienizado pero encontramos un cementerio de insectos.

Antes de que ella me diga, no nos fuimos porque estábamos en el tren y ella tomó el dinero tan pronto como llegamos, de lo contrario nos hubiéramos escapado el segundo día cuando la encontramos persiguiendo un ratón.

Sus CAMAREROS (en particular Samuel y Luca quienes nos atendieron), no los portaplatos como ella los define, son lo único positivo del restaurante, serviciales y comprensivos. Debería mostrarles respeto y agradecerles.

Animación desperdiciada: las chicas (en particular Lisa y Camilla) merecen trabajar en otro lugar donde puedan expresarse lo mejor posible, así como los chicos que intentan cada día que su estancia allí sea menos pesada.

Capítulo COVID: como se anticipó, las reglas anti-covid en esta aldea parecen no existir. Por otro lado, las normas de higiene estándar ni siquiera parecen existir (me hubiera gustado ir a la cocina ... o tal vez no). A su llegada, se invita al cliente a quitarse la máscara sin saber de dónde viene, quién es o de dónde viene. Se mide la fiebre y a partir de ahí todo va bien, todo normal como si no hubiera riesgo. En el personal que tiene máscara la puerta debajo de la barbilla o debajo de la nariz (inútil), no existe el distanciamiento social, el saneamiento, al parecer, ni siquiera.

Personalmente, creo que si el carabinieri, NAS, ASL lo verificara, estaría cerrado desde la mañana hasta la noche.

Traducido

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